LA BRUJULA DORADA , ENTRETENCION ANTI CRISTIANA PARA NIÑOS
La película "La Brújula Dorada," que fue estrenada la semana pasada en el mundo entero, protagonizada por Nicole Kidman y que costó a los estudios Time Warner-New Line Cinema 180 millones de dólares, está basada en la primera entrega de la trilogía de libros infantiles del autor Phillip Pullman "Las materias oscuras". (Y no "La materia oscura"como se tradujo al español)
Pullman es un británico furiosamente ateo que incluso ha declarado al Washington Post que: "Estoy tratando de minar las bases del credo cristiano" y que remarcó lo siguiente: "Mis libros tratan acerca de matar a Dios."
También ha hecho notar que "soy del Partido del Demonio (culto británico a satanás) y lo reconozco."
Un escritor del periódico Daily Mail de Londres, Peter Hitchens, ha tildado a Pullman como "el hombre más peligroso en Gran Bretaña", un cuentista determinado a "destronar" al autor de las "Crónicas de Narnia" (obra con referencias positivas al cristianismo), C.S. Lewis, y "suplantar sus libros con otros que proclamen la muerte de Dios ante la juventud."
La versión escrita de "La Brújula Dorada" y sus dos secuelas muestran una especie de jefatura híbrida católico-protestante que incluye a un "Papa John Calvin". Dos niños, unos pseudos Adán y Eva, llamados Will y Lyra, tienen aventuras parecidas a las de Narnia en las que entablan relación con osos parlantes y brujas mientras son puestos en contra de una "iglesia" o "magisterium" que secuestra niños por medio de su "comité general de oblación", siendo está palabra, "oblación", un término católico usado entre sacerdotes y monjas.
Los "Gobblers", como son llamados los miembros del comité general de oblación, secuestran a los niños y realizan experimentos con ellos, como sacarles el alma o "demonios", que después quedan viviendo en forma de animales. Los niños físicamente quedan como zombies.
Al final de esta historia épica, un arrugado y senil Dios es encontrado y destruído, y Will y Lyra son liberados a través del descubrimiento de su sexualidad.
De hecho, Pullman declaró que uno de sus puntos es destruir la ingenuidad propia de la infancia. Dijo: "Es peligroso creer que la inocencia se encuentra protegida cuando no es tocada por la experiencia." Así, de manera poco ingenua y para obtener el máximo de ganancias de taquilla, Pullman ha estado jugando su carta ateísta en las entrevistas que publicitan la película.
La Liga Católica, grupo organizado en Inglaterra y Estados Unidos, que está llevando a cabo un boicot a la película, estima que lo que hace especial a Pullman "es que su 'ateísmo misionero' ha apuntado a los niños como blanco". Pero de hecho, los autores de no ficción ateos de moda, que se han mantenido en las listas de los bestsellers últimamente, se han puesto de acuerdo para secuestrar las mentes de los niños a través de sus padres.
En su último libro publicado este año, "Dios no es grandioso", el ateo Christopher Hitchens (el hermano de Peter Hitchens) intitula todo un capítulo así: "Es la religión una especie de abuso infantil?" El autor éxito de ventas del libro "El fin de la Fe: religión, terror y el futuro de la razón", Sam Harris, está ávido de que llegue el día en que "la práctica de críar a nuestros hijos creyendo que son cristianos, judíos o musulmanes sea reconocida como una obscenidad."
El autor del libro "La ilusión de Dios", Richard Dawkins, se queja que "nuestra sociedad, incluyendo el sector no religioso, ha aceptado la ridícula idea de que es normal y justo adoctrinar a los niños pequeños en la religión de sus padres y poner etiquetas en ellos: niño católico, judío, protestante, musulmán, etc." Dawkins dice que aquellas etiquetas son siempre una forma de abuso infantil y concluye: "Quizás algunos niños necesitan ser protegidos de la adoctrinación de sus propios padres.
Dawkins, que ha pedido a Naciones Unidas extender la declaración de derechos humanos a gorilas y orangutanes, recientemente escribió en el Washington Post que Bill Clinton "tuvo el derecho a mentir acerca de su vida privada, y que uno podría defender el hecho de que tuvo el deber de hacerlo." El perjurio ante un jurado, por ejemplo, aparentemente no significa una gran falta ética para los círculos intelectuales ateístas.
No sorprende entonces que el Papa Benedicto XVI, en su última encíclica publicada la semana pasada, se centra en el poder destructivo del ateísmo, como fue visto en el genocidio cometido por el comunismo durante el siglo veinte o en la masacre de la Revolución Francesa. "No es coincidencia que esta idea ha llevado al desarrollo de grandes formas de crueldad y violación de la justicia", escribe el Papa.
En la pantalla grande estas fiestas, seremos testigos de una película infantil con grandes efectos especiales que detrás esconderá una peligrosa filosofía, filosofía con la cual los niños ya parecen estar creciendo.
( Tomado de blog El Conservador resiliente. )
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