jueves, 20 de marzo de 2008


JESUS MURIO Y RESUCITO PARA SALVAR A
LOS HUEVITOS DE CHOCOLATE Y A
LOS PESCADOS Y MARISCOS





¿Parece muy tonto el titulo de este post? Puede ser, pero, diganme una cosa, si viniera un extraterrestre a informarse por primera vez acerca de las costumbres de los humanos, y cayera en Semana Santa en nuestro pais (aunque en las peliculas siempre caen en EEUU, pero en fin), ¿qué vería? Un conjunto de días festivos en los que muchos sienten la imperiosa necesidad de viajar y pasarlo bien, negocios atiborrados de estos coloridos ovoides de chocolates y personas desesperadas por pagar cualquier precio por comer pescados o mariscos. Como si todo esto fuera una necesidad vital y redentora.
En segundo término, obligado a mencionarlo en las noticias ya que, después de todo es el origen y "culpable" de estos días de fiesta, la muerte y resurrección de Jesús hace 2 mil años.
Esto, claro, para los 90% de chilenos que libremente se manifiestan como creyentes en Cristo, porque lógicamente no les podemos pedir coherencia con esta fiesta a quienes no creen en él. La crítica, entonces, va dirigida básicamente a ese 90% que, sin ninguna obligación, se declara cristiano en los censos, chapa que es bien vista y otorga a su portador una credencial de "buena persona".
La sociedad postmoderna estimula estas transformaciones de forma, inocentes y agradables, que van carcomiendo el fondo del motivo de la fiesta. Ya lo ha hecho exitosamente con la Navidad, fecha en la cual parecieramos estar celebrando en nacimiento del Viejito Pascuero y no el de Jesús. Muchos Viejitos, pocos pesebres. Millones de huevitos de chocolate, unos cientos de asistentes en los Via Crucis, algunos cientos en cada Misa de Resurrección.
En las noticias escuchaba a una parvularia decir que en su Jardín Infantil no se hablaba de Jesus y su pasión porque era muy dificil de explicarselos a los niños, de modo que era más fácil y concreto hablar del Conejo de Pascua, sin mencionar lo demás. En otros jardines de este pais con mayoría cristiana se opta por no hablar de la pasion para no ofender a los otros credos existentes (8,3% de ateos y agnósticos, 0,13% de judios (14.976) , 0,03% de musulmanes (2.894) y 4.4% que se definieron en el censo 2002 como "de otras religiones"). O sea, en estos colegios se impone sin consulta una absurda "dictadura de las minorías" , realmente muy minoritarias en este caso puntual, por sobre las mayorías.
Cosa similar ocurre con la necesidad imperiosa entre los cristianos de comer pescado en estos días. Si bien la tradición habla de no comer carne en viernes santo, esta se puede reemplazar perfectamente por cereales, vegetales o legumbres, pero, si es por respetar en forma estricta la tradición, también ésta recomienda un ayuno desde el Viernes Santo hasta la noche del Sábado, y en este caso la adhesión a este precepto no es tan compulsiva sino que, más bien, resulta totalmente opuesta .
¿son malos los huevitos de chocolate, los pescados y mariscos? ¿estoy acaso diciendo que no debieran existir como tradiciones asociadas a la Semana Santa? En absoluto. Son tradiciones alegres, en especial la primera para los niños ; pero ¿alegría por qué? ¿por la resurrección de Cristo, acontecimiento que como vemos algunas parvularias renuncian a explicárselos, o por la venida del Conejo de Pascua?
He ahi el problema.
En todo caso, hay gente que debe sentirse muy agradecida de que Jesús haya venido a esta tierra y muerto y resucitado: se trata de las empresas de chocolate, los pescadores y mariscadores y los vendedores de productos del mar.

lunes, 3 de marzo de 2008

MORAL AMBIENTALISTA


En un editorial del mes de diciembre, el diario británico Daily Mail destacó la radiante cara de

Toni Vernelli, una activista medioambiental británica que se hizo la cirugía de esterilización a la edad de 27 años porque ella considera a los niños "una siniestra amenaza para el futuro."

No se trataba de alguna broma al estilo de Monty Python. Dos años antes, a pesar de estar tomando pastillas anticonceptivas, Vernelli quedó embarazada y se hizo un aborto porque "sería inmoral dar a luz a un niño que siento sería solamente una carga para el mundo."

"Tener hijos es ser egoísta," dijo la mujer, hoy de 35 años.

Vegetariana a la edad de 15 años, Vernelli conoció a su esposo en una manifestación por los derechos animales; en la mañana que se sometió a la esterilización, él le envió una tarjeta de "felicitaciones."

Cada niño nacido, dice ella, "consume más comida, más agua, más terreno, más combustibles fósiles, más árboles y produce más desechos, más contaminación, más gases invernadero y se añade al problema de la sobrepoblación."

Que deprimente ejemplo sobre el valor de la vida humana. Pero esa visión fue compartida por otra pareja de eco-locos descritos por el editorial del Daily Mail.

Sarah Irving, editora de una revista verde, de 31 años de edad y Mark Hudson, empleado sanitario de 37 años de edad, recuerdan como, "después de un año de estar saliendo, comenzaron a hablar de esterilización."

De acuerdo a Hudson, ellos "viven lo más verde posible", es decir, sin auto, consumiendo ampolletas eficientes y comiendo solamente alimentos orgánicos, etc. Ellos se movilizan en bicicleta a todas partes y nunca vuelan en aviones.

"En fin," dice él, "hacemos todo lo posible para reducir nuestro registro o huella de carbono. Pero todo esto se iría a la basura si tuvieramos un hijo. Es por eso que me hice una vasectomía. Sería moralmente incorrecto para mí contribuir al cambio climático y la destrucción de la Tierra... Lo que nos hace felices es saber que hacemos nuestra parte para salvar nuestro precioso planeta."

¿Son realmente estos personajes ejemplos de generosidad? ¿O solo verdes hipócritas reticentes a cambiar pañales?

Vernelli y su esposo declaran que ellos "tienen un estilo de vida más bonito como resultado de no tener hijos." Se decía en el editorial que ellos justo venían regresando de un viaje a Sudáfrica. "Sentimos que podemos darnos el lujo de un vuelo de larga distancia al año, mientras seamos veganos y no tengamos hijos, ya que así combatimos la sobrepoblación y reducimos nuestro registro de carbono."

El mismo doble estándar es practicado por el ganador del premio Nobel, Al Gore, que viaja a través del mundo advirtiendo acerca de los gases invernadero por medio de aviones y autos que emiten altas cantidades de gases de invernadero.

Pero más allá de estas situaciones absurdas de estos enemigos de los combustibles fósiles que no obstante son viajeros frecuentes, existe un punto importante: el hombre es más que un consumidor de comida y un productor de desechos.

El fallecido economista Julian Simon, el profético destructor de la teoría Malthusiana sobre la sobrepoblación, probó que la gente no drena los preciosos recursos naturales de nuestro planeta. Al contrario, son la solución a la escasez, gracias al incremento del ingenio de cada generación humana que nace en el planeta.

Simon aseveraba que, por ejemplo, la declinación de los precios reales de los recursos naturales en el largo plazo desmuestran que, siendo físicamente finitos, son económicamente ilimitados porque el hombre descubre nuevas tecnologías que mejoran la eficiencia en su consumo, como los nuevos métodos de extracción de petróleo desde puntos en que era muy difícil llegar.

Simon demostró que "el recurso más importante es la gente; preparadas, optimistas y esperanzadas personas que ejercitarán su voluntad e imaginación para su propio beneficio, lo que inevitablemente beneficiará al resto de la humanidad."

Si bien no para sus fanáticos padres, que estan reemplazando los supuestos viejos códigos de conducta asociados a la moral cristiana con un nuevo sistema moral, esos dos niños británicos bien podrían haber ayudado al resto de la humanidad.

La moral subjetiva, un problema para Occidente.
Tomado de
El Conservador Resiliente