Un crucero por el Estigia

El paso de la Laguna Estigia. Joachim Patinir, 1510.

En la mitología griega, cuando una persona moría, su alma era trasladada hasta la orilla del rio Estigia, a manos del dios Mercurio. Alli, el alma esperaba a Caronte, en cuya barca habría de atravezar la "frontera" entre el mundo de los vivos y el Hades o Infierno , es decir, el propio río. El barquero, sin embargo, no cumplía esta función en forma desinteresada, de ahi la costumbre de depositar una moneda en cada párpado o en la boca del muerto, a fin de pagar sus servicios. Inmediatamente junto a la puerta de acero del Hades se encuentra Eaco, quien se encarga de custodiar la entrada sin pausa. A su lado Cerbero, el can de tres cabezas, bravísimo, muestra su cara amigable y pacífica a los que entran, pero atemoriza los que intentan huir , con sus ladridos incesantes y sus afilados colmillos.
Es por eso que el Estigia es el río que bordea el Infierno, que lo separa del reino de los vivos. Ningún lugar peor que éste para un crucero de placer ¿no les parece?, navegar por el borde del Infierno. Bueno, la mentalidad del mundo actual, el que impone la paz a la fuerza, el que se desentiende de Dios y de la religión, el que se llena la boca con los derechos humanos y la democracia como una gran herramienta para imponer cualquier cosa en su nombre, se parece bastante al Estigia. El Infierno en la Tierra se ve muy cerca, apenas a la otra orilla. Y por ahi navega el mundo, sin darse cuenta, comiendo y tomando sin advertir el peligro a la otra orilla del río. Desde donde, una vez desembarcado allí bajo la invitación de seguir bebiendo y comiendo más aun, un feroz Cancerbero nos impedirá salir para siempre. Ya de nada servirá, entonces, arrepentirse.
Este es nuestro mundo del siglo XXI, y de eso tratará este blog.



Litografia de Gustav Doré. "El Estigia"