martes, 22 de enero de 2008
A INICIOS DEL SIGLO XXI
Sin duda, la imagen que se conserva acerca de la Inquisición impuesta por la Iglesia Católica hace más de 500 años sigue despertando actualmente rechazo e incomprensión. Bajo una intención, tal vez legítima en su época, de preservar la fe mayoritaria de la Europa medieval contra influencias que malintencionadamente podrían dañarla, la Inquisición llegó a invadir campos ajenos a lo espiritual, en especial los científicos y técnicos, lo cual paralizó durante siglos el ánimo de la humanidad europea de comprender el medio que lo rodeaba y congeló el avance del conocimiento humano.
Resulta difícil comprender en estos años actuales, que el temor haya obligado a Galileo a renegar de las evidencias de que la Tierra era sólo un planeta más girando alrededor del Sol, o aceptar la muerte en la hoguera de Miguel de Servet por hablar acerca de la circulación sanguínea pulmonar. Causa repudio el pensar que conceptos derivados de la observación científica de hechos naturales fuesen tratados de desmentir mediante la tortura, o que enfermos mentales fuesen condenados como brujos ante la ignorancia de la época.
Afortunadamente, decimos, ahora no es así. La objetividad científica manda, y toda persona es libre de manifestar sus opiniones sin temor a ser castigada por ello.
Pero, ¿ realmente es así?
A primera vista, sí . Ya no hay juicios ante tribunales del Santo Oficio, no hay hogueras ardiendo ni sentencias de ejecucion por el mero hecho de plantear opiniones; al menos, en el mundo occidental. De hecho, respecto a temas exclusivamente religiosos, hoy en día se puede libremente desacreditar e inventar las más absurdas historias acerca de Jesucristo, la Virgen María o María Magdalena (como el Código daVinci), crear películas que atacan o ridiculizan las figuras más respetables de la fe católica, sin correr ningún riesgo e incluso, con la posibilidad de lucrar abundantemente con ellas y recibir el beneplácito de los medios de comunicación. No ocurre lo mismo, en términos de bajo riesgo, cuando la opinión se refiere al Islam, pero, bueno, ese es otro tema.
Pero, ¿podemos decir que, a comienzos del siglo XXI, ya no existe ningún tipo de Inquisición?
Católica, definitivamente ya no existe.
Pero si miramos un poco debajo de esta costra superficial de tolerancia a las ideas, observaremos que el mundo está ahora mismo inmerso en un nuevo tipo de Inquisición, la progresista. Ya no hay autos de fé, juicios ocultos, torturas físicas diseñadas para cambiar opiniones, hogueras públicas purificadoras. En teoría, todo aquél que quiera puede expresar libremente su opinión. ¿significa esto que, efectivamente, ya no existe Inquisición en el mundo?
Nada más alejado de la realidad. Para quien intente discutir los "nuevos valores" implantados unilateralmente por el progresismo mundial hace no más de 50 años atrás, creados en base a una distorsión severa de los llamados Derechos humanos (la misma distorsión que permite el asesinato de humanos en estado embrionario o enfermos terminales, pero que a la vez defiende a toda costa la vida de asesinos irrecuperables; la misma que destruye la familia, al crear nuevas estructuras familiares anormales e infértiles, la misma que favorece a los agresores por sobre las víctimas en la nueva justicia), hay otro tipo de juicios: los tribunales del Santo Oficio han sido reemplazados por los medios de comunicación, cuya mayoría está en manos de la progresía mundial, que ridiculizan y desacreditan a quien opine distinto de ellos; les quitan oportunidades laborales y económicas. Ya no hay hogueras, pero sí el cierre de puertas y las amenazas laborales, y la indefensión ante una justicia que sólo es un apéndice más de este sistema inquisidor perverso.
Y tampoco hay diferencias entre esta inquisición progresista y la de hace 500 años en términos del respeto a la verdad científica : ésta, como en aquéllos tiempos, está ahora subordinada en muchos casos a la nueva estructura valórica creada por el progresismo. No importa, por ejemplo, que se demuestre que tras la fecundación se ha creado un nuevo ser, genéticamente distinto a sus padres: para ellos no existe ese ser, o es parte integrante del "cuerpo de la mujer" y ésta puede proceder con él como quiera, aunque este concepto errado sea una aberración científica. La "verdad oficial" acalla la verdad científica, tanto la biológica como en el terreno de las Ciencias sociales, donde hay temas de los que, simplemente, no se puede hablar sin recibir una andanada de descalificaciones y "castigos", como, por ejemplo, las migraciones.
El lema es: "puedes opinar todo lo que quieras, siempre y cuando tu opinión no se oponga a los neovalores del progresismo. No interesa su verdad científica, sólo importa que tu opinión concuerde con estos "neovalores". Si manifiestas una opinión contraria a ellos , atente a las consecuencias sociales de tus dichos"
¿Alguna diferencia con la Inquisición medieval? Sólo de forma . El fondo es el mismo.
¿Exajero? Un par de ejemplos al azar, extraídos de recientes noticias internacionales.
El profesor de Historia David Mullan, de la Cape Breton University, en Canadá, ha sido recientemente multado con la suma de $ 2.100 dólares canadienses, equivalentes a dos semanas de sueldo, por haber afirmado que la "homosexualidad no es un estilo de vida natural", en una carta enviada a su antiguo obispo anglicano y publicada en su página web. Esta frase despertó las iras de un estudiante homosexual del campus, Shane Wallis, quien presentó un reclamo contra el profesor en la "Oficina de Diversidad Sexual" (?!) de dicha universidad. Mullan respondió a la queja señalando que "la homosexualidad es un repudio a la naturaleza y es además la apoteosis del deseo desenfrenado", tras lo cual la Universidad lo multó. Con razón, Mullan comentó tras la sanción que "la Cape Breton University ha declarado la guerra a la libertad de expresión" ,pero que no va a dejar de expresar sus opiniones.
Analicemos la situación: se está castigando pecuniariamente a un profesor por expresar una realidad que, en el más tolerante de los casos, es absolutamente discutible. ¿alguien puede afirmar, científicamente, que la homosexualidad es un estilo de vida natural, tanto en animales como en nuestra especie'? ¿Cuál es su significado evolutivo ? ¿En qué sentido ayuda a la supervivencia del individuo o de la especie? Nada está absolutamente definido en este tema, científicamente hablando, y se castiga a un profesor por dar una opinión frente a esta incertidumbre. ¿se trata de una condena científica, o se está colocando la realidad científica amordazada o subyugada por la tendencia "valórica" progresista de turno, que venera la homosexualidad? Si esto no es inquisición, entonces ¿qué lo es?
Segundo caso. El pasado 15 de noviembre se comenta que el líder socialista francés Georges Freche provocó una ola de críticas en su contra al declarar que lamentaba que en la Selección Francesa de fútbol hubiera "nueve jugadores negros de once", comentario que fue condenado firmemente por el primer secretario del partido, Francois Hollande. Freche declaró que "En el equipo hay nueve negros de un total de once jugadores. Lo normal sería que hubiera tres o cuatro, porque reflejaría nuestra sociedad. De todas formas, si hay tantos negros es porque los blancos son nulos".
Según Hollande, estos comentarios son inaceptables y exijen una disculpa inmediata de Freche (N. de la R: ¿por qué son inaceptables? ¿con quiénes Freche debiera disculparse, acaso con los blancos franceses a quienes trató de nulos? Porque no hay otro insulto a los negros en su frase). Jacques Chirac, el camaleónico presidente francés, expresó su "firme repulsión" en un comunicado oficial. Freche había sido suspendido por dos años de ocupar cargos en el partido socialista francés por declaraciones previas que involucraban a los argelinos.
En resumen, un dato curioso, pero que no se puede mencionar sin recibir apelativo poco científico de "racista", desde un punto de vista sociológico, la realidad concreta de que el equipo de futbol de un pais que tiene un 7,4% de inmigrantes (censo de 1999) , presenta en su formación un 80% de descendientes de ellos.Caso único en el fútbol europeo de selecciones. Efectivamente, no representa la realidad de distribución racial del país ¿y eso, no se puede comentar? ¿ No resulta curioso que el pais de Voltaire, Rousseau, Napoleón o De Gaulle se vea representado en el deporte más popular por una mayoría racial diferente? Ni siquiera se expresa si esto es bueno o malo, sólo que resulta curioso y digno de análisis. Pero eso no se puede hacer libremente.
Si esto no es una Inquisición, que cercena la libertad de expresión y el análisis sociológico de los hechos ¿entonces, qué es sino?
Al igual que en 1633, año en el que Galileo debió retractarse de afirmar el hecho de que la Tierra giraba alrededor del Sol, so pena de ser acusado de hereje, en 2006 el profesor Mullan puede ser acusado de "discriminador" por afirmar que la homosexualidad no es una condición natural, y Georges Freche puede ser acusado de "racista" por hacer ver el curioso hecho de que la representación futbolística de su país no guarde relación alguna con la distribución racial de su población. El simple acto de hacer ver los hechos ya es motivo de sanción; y ahora, tal como hace 373 años, los adjetivos (hereje, discriminador, racista) bastan para justificar el repudio, sin la menor necesidad de entrar a ofrecer argumentos que lo sustenten, o que confirmen lo incorrecto de las afirmaciones cuestionadas.
Tal como entonces, los simples adjetivos descalificativos se transforman en argumentos o sustantivos suficientes para basar en ellos la nueva verdad.
domingo, 6 de enero de 2008
UNA ANECDOTA DE UN GRANDE:
RELIGION Y CIENCIA NO SON INCOMPATIBLES
A fines del siglo XIX en Francia, viajaba en el tren un señor de cierta edad que en su asiento aprovechaba de rezar el Santo Rosario, sosteniéndolo entre las manos. Al lado, un joven leía concentradamente un libro voluminoso, pero sin dejar fijar la vista cada tanto en el Rosario que llevaba este señor. Hasta que, tal vez de no aguantarse más, el joven le dirigió la palabra comenzándole a hablar acerca de las maravillas de los avances científicos de la época, los grandes descubrimientos de la ciencia, que ya permitían explicar la creación y los misterios de la vida sin necesidad de creencias religiosas o míticas; de cómo en lugar de estar perdiendo el tiempo rezando y creyendo en supercherías, podría instruirse por ejemplo, a través de libros cómo los que él iba leyendo, que explicaban todas estas cosas. El señor le hizo ver interés en lo que le decía, pero no quería dejar sin terminar su Rosario. Entonces acordaron que el joven le prestaría uno de sus libros, dejándole su dirección para que se lo devolviera.
Un tiempo después, el joven recibió un paquete, que además libro que había prestado, traía una nota de agradecimiento que decía: - Le agradezco mucho el haberme prestado este libro, que me ha servido mucho, para aprender, y lo he encontrado muy interesante. Sin embargo, por nada del mundo dejaría de rezar mi Rosario todos los días.
Firmado: Luis Pasteur. Instituto de Investigaciones Científicas de París.
(Tomado del blog de Franco Gorziglia)